Ciudad del Vaticano.– El estadounidense Robert Francis Prevost Martínez fue elegido como nuevo papa por el cónclave reunido en la Santa Sede, en medio de grandes expectativas sobre la dirección que tomará la Iglesia Católica tras doce años de profundos cambios impulsados por su antecesor, el papa Francisco.
Prevost, quien se convierte en el primer pontífice de origen estadounidense en la historia moderna, hereda una Iglesia marcada por tensiones internas, desafíos morales y una reforma institucional aún en curso.
Durante su pontificado, Francisco promovió una transformación profunda dentro del Vaticano, con una firme reestructuración de la curia romana, la implementación de mecanismos de control financiero y una política decidida frente a los abusos sexuales cometidos por miembros del clero. Estos esfuerzos generaron tanto apoyo como resistencias, especialmente en sectores ultraconservadores.
Analistas como Ferrara advierten que el nuevo papa deberá evitar una visión autorreferencial de la Iglesia si desea preservar su unidad, especialmente frente a corrientes internas que podrían generar fragmentación. Por su parte, Lecaros destacó que “el combate a los abusos debe mantenerse como prioridad. La crisis de los abusos ha mermado a muchas iglesias, como la alemana”, señaló, subrayando también que “aún hay tareas pendientes en cuanto al rol de las mujeres”.
El pontificado de Francisco también dejó huella en la promoción del cuidado ambiental, la defensa de los migrantes y una renovada atención a las periferias sociales. Sin embargo, sus enfoques progresistas le valieron duras críticas de sectores tradicionalistas.
Ahora, Prevost deberá decidir si continúa con esa línea, si introduce ajustes o si opta por un camino distinto. La decisión no será fácil. Al frente de una comunidad de más de mil millones de fieles, el nuevo pontífice enfrenta el reto de mantener la credibilidad, el impulso pastoral y el diálogo con un mundo en transformación.
Su elección marca el inicio de una etapa que podría definir el rumbo de la Iglesia Católica en las próximas décadas.


