DISTRITO NACIONAL. En un trágico incidente que cobró la vida de nueve personas el pasado sábado 18 de noviembre, la estructura del paso a desnivel en la intersección de la avenida 27 de Febrero y Máximo Gómez colapsó, generando una profunda reflexión sobre la gestión de la infraestructura en República Dominicana.
Este suceso no es aislado, ya que se revela un patrón de descuido estatal en el mantenimiento y seguimiento de las obras públicas en el país. Informes preliminares del Ministerio de Obras Públicas (MOPC) sugieren que incidentes similares afectaron la misma estructura en el año 2000, contradiciendo declaraciones previas que atribuyeron estos problemas a eventos ocurridos en 1999.
Esto plantea serias interrogantes sobre la política de supervisión y mantenimiento de las infraestructuras por parte del Estado dominicano. Es evidente que no existe un sistema efectivo de seguimiento a las obras, incluyendo puentes, túneles y pasos a desnivel, lo que resulta en un riesgo potencial para la seguridad de los ciudadanos.
El incidente del 18 de noviembre resalta la necesidad urgente de implementar medidas que aseguren una supervisión constante y un mantenimiento adecuado de las estructuras públicas. La falta de un protocolo efectivo para monitorear y reparar estas construcciones pone en peligro la vida de los ciudadanos y socava la confianza en la gestión estatal.
Es imperativo que las autoridades actúen con prontitud para establecer un sistema de supervisión riguroso y transparente, garantizando la seguridad y la integridad de las infraestructuras viales en República Dominicana. La negligencia en este ámbito no solo representa un riesgo inminente para la población, sino que también refleja una falla sistémica en la gestión de las obras públicas.