Quién será la próxima víctima. Eso nadie lo sabe. Los accidentes de tránsito sorprenden y matan. Ocurren y matan gente de a pie y montadas. No importan si andan bien montadas, en algún momento serán eso, muertes por accidentes de tránsito, por el descuido oficial de no hacer nada frente a una plaga que infecta todo el país.
Ocupar un lugar cimero en accidentes de tránsito en todo el mundo, para nada ha servido. No ha servido de nada ni a las autoridades y mucho menos a los imprudentes que los producen.
Los muertos se cuentan por miles. La gente anda con miedo en la calle, porque esas calles son de borrachos y personas que su propia vida le importan un bledo. Y así como si nada, diariamente mueren atropellados niños, adolescentes, jóvenes, adultos, hombres y mujeres; gente pobre; gente rica. Todos somos víctimas potenciales.
La muerte asecha en esas calles de nadie. No hay control ni seguridad. Las multas solo sirven para irritar, pero no para solucionar. Y ahí vamos, contando muertes por accidentes de tránsito, cual competencia de jonrones o récord de goles por partidos.