Nicaragua. La situación de Nicaragua sigue de mal en peor para la libertad de expresión y el ejercicio periodístico. La represión y hostigamiento contra la prensa independiente y contra las voces que se alzan en contra del régimen de Daniel Ortega, se acentúan a cada hora.
“Al menos 17 periodistas independientes dejaron Nicaragua de manera forzada durante el mes de julio 2022 y cerca de 12 se vieron obligados a movilizarse dentro del país en busca de resguardar su vida”, señala el Informe de Violaciones a la Libertad de Prensa elaborado por Voces del Sur.
El apresamiento del obispo Rolando Álvarez, el pasado día 19, ha sido uno de un largo listado de acontecimientos que amenazan la libertad de opinión en ese país centroamericano. Previo a este apresamiento arbitrario, el régimen de Ortega había cerrado siete emisoras católicas en la Diócesis de Matagalpa.
Al obispo Álvarez el régimen le impidió incluso oficiar misas fuera de su capilla “Nos encontramos aquí seis sacerdotes y nos tienen encerrados en la curia episcopal”, comentó Álvarez un video colgado en Twitter.
Arbitrariedad recurrente
El cierre de otros medios de comunicación ha sido una constante en los últimos años en esa nación. Hasta el año 2020, el régimen había ordenado el cierre de unos 20 medios de comunicación desafectos con la línea dura del gobierno que encabeza un Daniel Ortega reacio al diálogo y a la intervención mediadora de otros países.
El pasado 12 de agosto del 2021, el diario La Prensa, el más antiguo de ese país, fue intervenido por el gobierno nicaragüense. La Prensa fue fundada en el 1926. Su gerente general, Juan Lorenzo Holmann, está encarcelado.
Un año antes, el 27 de septiembre del 2019, El Nuevo Diario, periódico impreso y digital con casi 40 años en Nicaragua, anunciaba que suspendía sus operaciones.